1.30.2011



12.16.2010

11.15.2010

Promoción cultural para crecer – 2×1 en cursos!

Estimados mysterynautas:

Queremos participarles de una propuesta que tal vez sea de interés para algunos de nuestros lectores, y, al mismo tiempo, concurrente con apoyarnos para nuestros próximos proyectos de investigación.

En esta ocasión, informamos que desde el 15 al 25 de noviembre inclusive lanzamos una Promoción Cultural de nuestros cursos por email. Según los disponibles en la lista especificada abajo (con excepción del Profesorado en Parapsicología Aplicada) pueden ustedes tomar dos cursos cualesquiera por un único arancel de:

En Argentina: $ 300 (trescientos pesos)
Europa: € 80 (ochenta euros)
Resto del Mundo: u$s 100 (cien dólares)

Pero aún hay más. En ese mismo lapso, los lectores que opten por recibir el Profesorado de Parapsicología Aplicada (133 lecciones, si se imprimieran, un total de 1.400 folios) tienen una promoción de:

Para Argentina: $ 800 (ochocientos pesos)
Europa: € 190 (ciento noventa euros)
Resto del Mundo: u$s 230 (doscientos treinta dólares)

En todos los casos el envío del material didáctico de los cursos solicitados, se hace en un sólo envío.

Nuestras propuestas culturales

Los siguientes son los cursos válidos para las promociones:

Para participar en la promoción y adquirir dos cursos por el costo de uno a precio especial, simplemente hagan clic en cualquiera de los enlaces a los cursos y al llenar el formulario de pedido en la opción “Curso seleccionado” ingresar el nombre de los dos cursos, por ejemplo: (Promo 2×1) Profesorado en Tarot + Feng Shui Básico.

En el caso del Profesorado en Parapsicología Aplicada, que no entra dentro de los habilitados para el 2×1 pero sí tiene un importante descuento, simplemente poner el nombre del curso, éste tendrá el descuento mencionado durante el lapso que duren las promociones, es decir, hasta el 25 de noviembre del 2010.

Cualquier duda o consulta especificarla en el campo “Comentarios adicionales” del formulario.

Saludos cordiales.

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Descubren agua y plata en el cráter lunar donde chocó una nave de la NASA

El 13 de octubre del pasado año, la NASA empotró un cohete contra un cráter de la Luna en una misión sin precedentes que tenía el objetivo de buscar agua, un hallazgo vital para el desarrollo de la exploración espacial. Ahora, prácticamente doce meses después, los científicos se prestan a ofrecer la primera explicación detallada de qué fue lo que la sonda de detección y observación LCROSS, encargada de registrar lo que sucedía, encontró tras el violento impacto. Los resultados, que se publican en la revista Science, desvelan un secreto guardado durante miles de millones de años. 155 kilos de vapor de agua y hielo salieron disparados durante el choque, por lo que los investigadores creen que el 5,6% del total del interior de ese hoyo lunar está compuesto solo por agua helada, una cantidad nada desdeñable si se tiene en cuenta que hasta hace muy poco creíamos que la Luna era un desierto seco. Además, también se han detectado dióxido de carbono, azufre e incluso plata.

Imágenes del impacto del Centaur tomadas por la cámara semi-infrarroja de la nave LCROSS.

El día de la misión «kamikaze», el cohete Centaur chocó contra el cráter Cabeus, un agujero de 98 kilómetros de ancho en el polo sur selenita, y levantó una polvareda de 10 kilómetros de altura. Dos toneladas de partículas salieron disparadas. La LCROSS atravesó esa nube y la examinó con su espectómetro. Antes de acabar destrozada contra el suelo siguiendo el destino de su cohete, pudo enviar toda esa información a la Tierra. «Si existe agua ahí, o cualquier otra cosa interesante, vamos a encontrarla», aseguraba tras impacto Anthony Colaprete, responsable de la misión y principal investigador de la LCROSS. No se equivocaba.

Una imagen de la nube de escombros que salió disparada del cráter Cabeus, 20 segundos después del impacto.

El impacto, que causó un nuevo cráter de 25 a 30 metros de ancho, mostró que el suelo y el subsuelo de la Luna son mucho más complejos de lo que creíamos. En el regolito, las capas que forman el piso lunar, ha aparecido una considerable cantidad de agua y otros compuestos como monóxido y dióxido de carbono, amoníaco, azufre y… plata, algo que también localizaron los astronautas de las misiones Apolo, aunque en un punto muy distinto de nuestro satélite. «Este lugar parece el cofre del tesoro de los elementos», afirma Peter Schultz, geólogo planetario del Centro Ames de Investigaciones de la NASA en Moffett Field (California) y uno de los principales autores de la investigación.

No es para menos, ya algunos de estos compuestos volátiles pudieron haberse originado durante las lluvias de cometas, asteroides y meteoros que azotaron la Luna de forma continuada hace miles de millones de años. Desde entonces, han permanecido atrapados en las sombras, en uno de los lugares más fríos del Sistema Solar, hasta que ahora han sido descubiertos.

A pesar de que la misión ha sido considerada un éxito, Schultz advierte de que plantea tantas preguntas como respuestas. «Hay un archivo de miles de millones de años en los cráteres permanentemente en sombra de la Luna», advierte Schultz. «Podrían darnos pistas de la historia de la Tierra, del Sistema Solar y de nuestra galaxia. Y esta historia oculta está allí, pidiéndonos a gritos que regresemos».


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La NASA prepara un «escudo» contra la gran tormenta solar

La NASA cree que puede tomar medidas para protegernos de las tormentas solares . Este tipo de evento, durante el cual una lluvia de partículas de alta energía golpea nuestro planeta provocando apagones y todo tipo de disturbios eléctricos, podría ser previsto con el tiempo suficiente como para tomar medidas destinadas a minimizar sus efectos. Un sistema de alerta conformado por la sonda SOHO y las gemelas STEREO de la NASA nos permitiría hacer un modelo 3D del fenómeno y desconectar los sistemas esenciales antes de que resulten afectados.

El próximo pico de actividad solar se espera para 2012-2013...

Las estadísticas demuestran que cada cien años tiene lugar una tormenta solar lo suficientemente potente como para teñir los cielos de la Tierra con impresionantes auroras color rojo sangre. Lamentablemente, este tipo de fenómeno no se limita a producir aterradores espectáculos visuales, sino que afecta el funcionamiento de brújulas y satélites, produce apagones, interfiere con las redes de telecomunicaciones y afecta a casi todos los equipos electrónicos que nuestra civilización utiliza a diario.

Afortunadamente, la mayoría de las tormentas solares no son lo suficientemente grandes como para causar efectos “a lo Hollywood”, pero algunas de ellas podrían meternos realmente en problemas. En 1859, por ejemplo, tuvo lugar el llamado “evento Carrington”, una súper tormenta solar que interrumpió el tráfico telegráfico e incluso incendió algunas de sus oficinas. Si un evento similar tuviese lugar en el mundo actual, las perdidas -económicas y de vidas humanas- serían enormes.

Un informe emitido por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos en 2008 advierte de que si una tormenta solar “importante” se produjese en la actualidad, experimentaríamos apagones generalizados de electricidad, e incluso se dañarían muchos de los transformadores principales utilizados en las redes de distribución de energía eléctrica. Para evitar esto, la NASA se encuentra trabajando en un proyecto llamado “Escudo Solar” (“Solar Shield”) , destinado a alertar a las empresas distribuidoras de electricidad sobre la posibilidad de un evento de este tipo con el tiempo suficiente para que realicen la desconexión preventiva de sus sistemas.

Según Antti Pulkkinen, un investigador de la Universidad Católica de América que trabajan en el Goddard Space Flight Center de la NASA, “Solar Shield es un sistema de previsión, nuevo y experimental, aplicado a la red de distribución eléctrica de América del Norte. Creemos que puede ser útil para desconectar a tiempo transformadores específicos a partir de la predicción de cuáles de ellos podrían ser afectados por una tormenta solar.”

La causa del mal funcionamiento de las redes eléctricas durante esos eventos tiene su origen en un efecto conocido como GIC (“Geomagnetically Induced Current”, o “corriente inducida geomagnéticamente”). Cuando la nube de partículas solares generadas durante una tormenta golpea el campo magnético de la Tierra hace que este comience a “temblar”. Estas vibraciones magnéticas inducen corrientes en todas las regiones de la atmósfera, sobrecargando circuitos, interruptores y -en casos extremos- derritiendo las bobinas de los transformadores eléctricos.

Esto ya ha ocurrido en la historia reciente: una tormenta geomagnética mucho menos grave que el evento Carrington dejó sin energía eléctrica durante 9 horas a toda la provincia canadiense de Quebec el 13 de marzo de 1989. Ese día se dañaron transformadores en Quebec, Nueva Jersey, y Gran Bretaña, contabilizandosé más de 200 anomalías en la red de distribución eléctrica de varios países. En octubre de 2003, las “tormentas de Halloween” provocaron apagones en varias zonas del sur de Suecia y África.

Por terrible que parezcan estos casos, lo cierto es que ninguna de esas tormentas puede comprarse con el “evento Carrington”, y que según la North American Electric Reliability Corporation (NERC) y el Departamento de Energía de EE.UU. los sistemas modernos de distribución de energía son aún más sensibles a las GIC. El proyecto de la NASA podría evitar estos problemas. Pulkkinen explica que “el escudo solar entra en acción cuando se detecta una eyección de masa coronal (CME, por Coronal Mass Ejection) en el Sol. Las imágenes proporcionadas por SOHO y las sondas gemelas STEREO de la NASA nos muestran la nube de partículas desde tres puntos de vista, lo que nos permite hacer un modelo 3D de la CME, y predecir cuándo va a llegar.” Estas partículas demoran entre 24 y 48 horas en llegar a la Tierra, un tiempo valioso que puede emplearse para calcular la hora y lugar en que golpeará nuestro planeta. Con esos datos, las empresas de distribución de energía pueden desconectar sus transformadores para protegerlos.

Pulkkinen aclara que “Solar Shield” es por ahora un sistema experimental y que nunca ha sido probado durante una tormenta geomagnética real. Varias empresas distribuidoras han instalado monitores en lugares clave de sus redes para ayudar al equipo de la NASA en sus predicciones. Dado que en los últimos años la actividad solar ha sido pequeña y solo se han producido unas pocas tormentas relativamente leves durante el año pasado, el sistema no ha sido probado a fondo. “Nos gustaría que más empresas relacionadas con la energía se uniesen a nuestro equipo de investigación”, añade Pulkkinen. “Cuantos más datos obtengamos, más rápido podremos probar y mejorar Solar Shield”. El próximo pico de tormentas solares, que tienen una periodicidad aproximada de 11 años- se espera en algún momento de 2012 ó 2013, por lo que la puesta en marcha de este proyecto puede ser crucial.


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La joya del cielo

La Nebulosa del Collar será la ‘Imagen Astronómica del Día’, en el prestigioso portal de la NASA ‘Astronomy Picture of the Day’, del día 3 de noviembre. Un nuevo estudio de la Vía Láctea realizado desde los observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha permitido desvelar este extraordinario objeto cósmico, que podría proporcionar claves importantes para entender la evolución final de las estrellas como el Sol.

Desde que en 1785 el astrónomo británico William Herschel llamó ‘nebulosas planetarias’ a ciertas nubes de gas muy calientes y luminosas, los astrónomos no han dejado de asombrarse por las propiedades físicas y la belleza de estos objetos. Las nebulosas planetarias son una etapa tardía en la evolución de la mayoría de las estrellas del Universo.

Más de 200 años después de Herschel los astrofísicos siguen descubriendo nebulosas planetarias excepcionales. Es el caso de la que se ha llamado ‘Nebulosa del Collar’. Ha sido descubierta y estudiada por un equipo internacional de investigadores liderados por astrónomos del IAC en el marco de un proyecto de cartografiado de la Vía Láctea desde los cielos de La Palma. Para su descubrimiento y estudio se han usado varios telescopios de los observatorios de Canarias.

Lo que más impacta en la Nebulosa de Collar es su perfecta simetría y, en particular, el collar con doce ‘perlas’ brillantes de gas que aparece alrededor de la estrella central. Esas ‘perlas’ son condensaciones de gas excitado por el núcleo todavía caliente de la estrella y se distribuyen con sorprendente regularidad en un círculo que, visto desde la Tierra, aparece inclinado formando una elipse.

El gas en el collar fue expulsado hace unos 20.000 años a una velocidad de casi 100.000 km/h. Además, en las direcciones exactamente perpendiculares al collar se pueden observar otras condensaciones difusas de gas (rojas en la imagen) que fueron expulsadas por la estrella central a la fantástica velocidad de medio millón de km/h.

Una distribución tan simétrica, organizada y compleja del material alrededor de la estrella plantea una pregunta fundamental: ¿Por qué las estrellas, que son prácticamente esféricas a lo largo de toda su vida (como lo es el Sol hoy en día), llegan a producir nebulosas con formas tan diferentes a una esfera?

Ese ha sido uno de los enigmas más importantes en el estudio de las nebulosas planetarias en las últimas décadas y la Nebulosa del Collar está proporcionando pistas importantes para resolverlo.

Los investigadores han descubierto que la Nebulosa del Collar alberga en su centro no una, sino dos estrellas; ambas recorren una órbita completa, una alrededor de la otra, en solamente 1 día y 4 horas. La presencia de dos estrellas centrales aumenta la capacidad del sistema para producir fenómenos físicos muy energéticos. Por ello es más fácil y natural explicar las eyecciones de materia con esas geometrías tan complejas y, al mismo tiempo, tan simétricas.

La imagen que se presenta es del Telescopio Óptico Nórdico (NOT) del Observatorio de Roque de los Muchachos (La Palma) y muestra la emisión del Oxígeno ionizado codificada en verde, la del Nitrógeno ionizado, en rojo y la del Hidrógeno, en azul.


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Falleció Zecharia Sitchin, uno de los principales difusores de la hipótesis del astronauta antiguo

Uno de los pioneros en proponer que nuestro planeta fue visitado en la remota antigüedad por seres de otros mundos (“dioses” para nuestros antepasados) que mediante experimentos genéticos intervinieron en la creación de nuestra especie y actual civilización, murió hace algunas semanas según informa su propio sitio web sitchin.com: “Lamentamos informarle que Zecharia Sitchin falleció en la mañana del 9 de octubre. Un modesto y privado funeral familiar se celebró al día siguiente”.

Nacido el 11 de julio 1920 en Baku (Azerbayán), este escritor ha sido conocido por la fascinante serie de libros “Crónicas de la Tierra” donde atribuye la creación de la antigua cultura sumeria a los Anunnaki; una raza de extraterrestres de un planeta llamado Nibiru ubicado más allá de Neptuno. Él sostenía que este hipotético planeta estaba en una órbita elíptica alargada, en torno a nuestro propio sol, afirmando que la mitología sumeria refleja este punto de vista.

Al igual que cualquiera que se atreva a desafiar lo que dicen los libros de historia, Sitchin fue atacado y cuestionado por muchos científicos, historiadores y arqueólogos protectores de los paradigmas del establishment.

Educado en Palestina y licenciado en Historia Económica por la London School of Economics and Political Science, conoció en profundidad el hebreo clásico y el moderno, y leía el sumerio así como otros idiomas antiguos de oriente. Ha traducido y reinterpretado antiguas tablillas e inscripciones de los pueblos donde surgieron las primeras civilizaciones. Sus libros han sido traducidos a 26 idiomas.

A partir de su interpretación de poemas sumerios y acadios, de inscripciones hititas y de tablillas sumerias, acadias, babilónias y cananeas, además de los jeroglíficos egipcios, mezclándolo y relacionándolo todo con los libros del Antiguo Testamento, el Libro de los Jubileos y otras fuentes, ha llegado a conclusiones que en su opinión, le permiten abordar la historia de la humanidad y del planeta Tierra desde una óptica absolutamente distinta a la establecida oficialmente.

La serie de libros CRÓNICAS DE LA TIERRA se basa en premisas tales como: que la mitología no es una extravagancia, sino la depositaria de recuerdos ancestrales; que la Biblia debe leerse literalmente como un documento histórico-científico y que las antiguas civilizaciones (mucho más antiguas y esplendorosas de lo que suele creerse) fueron el producto del conocimiento que trajeron a la Tierra los Anunnaki, es decir, “los que descendieron del Cielo a la Tierra”.

Presenta pruebas antiquísimas de la existencia de otro planeta dentro del sistema solar. Se trata del planeta natal de esta especie alienígena. De hecho, los datos recientes procedentes de naves espaciales no pilotadas, confirman estas pruebas y ello ha impulsado a los astrónomos a buscar activamente lo que viene denominándose como “el planeta X”.

También se ocupa en detalle de la cosmogonía del antiguo Sumer y demás civilizaciones antiguas, donde los “dioses” crearon al hombre a su imagen y semejanza para que les sirvan en las arduas tareas a realizar en nuestro planeta, estableciendo luego una “realeza semi-humana” (Nephilim) para que hicieran de intermediarios y gobernaran sobre los demás hombres.

El árbol de la vida... En esta imagen pueden apreciarse a los Anunnaki frente a un "árbol" cuya forma recuerda a la estructura del ADN. Sobre eso aparece en el cielo nocturno un disco alado tripulado por otro de estos seres.

Además, ciertos conocimientos anacrónicos (en astronomía, biología, matemáticas, etc.) atribuidos a los antiguos habrían sido también legados por estos “astronautas antiguos”. Explicando de esta forma la existencia de megalómanos monumentos ancestrales cuya milimétrica perfección no coincide con la tecnología disponible en la época en donde el oficialismo académico pretende encajarlos.

Mucho de lo que dice Sitchin en sus libros es apoyado no solo por escritos antiguos sino por explícitos gráficos e iconografías de estos seres y sus artilugios, sin ser algo exclusivo del antiguo Sumer:

  Colección de Libros de Zecharia Sitchin (47.7 MiB, 105 hits)
Descripción de archivo: Incluye: El 12º Planeta, La Escalera al Cielo, La Guerra de los Dioses y los Hombres, Los Reinos Perdidos, Al Principio de los Tiempos, El Código Cósmico, El Final de Los Tiempos, El Génesis Revisado, y El Libro Perdido de Enki. Todos ampliamente ilustrados.


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La joya del cielo

La Nebulosa del Collar será la ‘Imagen Astronómica del Día’, en el prestigioso portal de la NASA ‘Astronomy Picture of the Day’, del día 3 de noviembre. Un nuevo estudio de la Vía Láctea realizado desde los observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha permitido desvelar este extraordinario objeto cósmico, que podría proporcionar claves importantes para entender la evolución final de las estrellas como el Sol.

Desde que en 1785 el astrónomo británico William Herschel llamó ‘nebulosas planetarias’ a ciertas nubes de gas muy calientes y luminosas, los astrónomos no han dejado de asombrarse por las propiedades físicas y la belleza de estos objetos. Las nebulosas planetarias son una etapa tardía en la evolución de la mayoría de las estrellas del Universo.

Más de 200 años después de Herschel los astrofísicos siguen descubriendo nebulosas planetarias excepcionales. Es el caso de la que se ha llamado ‘Nebulosa del Collar’. Ha sido descubierta y estudiada por un equipo internacional de investigadores liderados por astrónomos del IAC en el marco de un proyecto de cartografiado de la Vía Láctea desde los cielos de La Palma. Para su descubrimiento y estudio se han usado varios telescopios de los observatorios de Canarias.

Lo que más impacta en la Nebulosa de Collar es su perfecta simetría y, en particular, el collar con doce ‘perlas’ brillantes de gas que aparece alrededor de la estrella central. Esas ‘perlas’ son condensaciones de gas excitado por el núcleo todavía caliente de la estrella y se distribuyen con sorprendente regularidad en un círculo que, visto desde la Tierra, aparece inclinado formando una elipse.

El gas en el collar fue expulsado hace unos 20.000 años a una velocidad de casi 100.000 km/h. Además, en las direcciones exactamente perpendiculares al collar se pueden observar otras condensaciones difusas de gas (rojas en la imagen) que fueron expulsadas por la estrella central a la fantástica velocidad de medio millón de km/h.

Una distribución tan simétrica, organizada y compleja del material alrededor de la estrella plantea una pregunta fundamental: ¿Por qué las estrellas, que son prácticamente esféricas a lo largo de toda su vida (como lo es el Sol hoy en día), llegan a producir nebulosas con formas tan diferentes a una esfera?

Ese ha sido uno de los enigmas más importantes en el estudio de las nebulosas planetarias en las últimas décadas y la Nebulosa del Collar está proporcionando pistas importantes para resolverlo.

Los investigadores han descubierto que la Nebulosa del Collar alberga en su centro no una, sino dos estrellas; ambas recorren una órbita completa, una alrededor de la otra, en solamente 1 día y 4 horas. La presencia de dos estrellas centrales aumenta la capacidad del sistema para producir fenómenos físicos muy energéticos. Por ello es más fácil y natural explicar las eyecciones de materia con esas geometrías tan complejas y, al mismo tiempo, tan simétricas.

La imagen que se presenta es del Telescopio Óptico Nórdico (NOT) del Observatorio de Roque de los Muchachos (La Palma) y muestra la emisión del Oxígeno ionizado codificada en verde, la del Nitrógeno ionizado, en rojo y la del Hidrógeno, en azul.


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11.14.2010

La NASA prepara un «escudo» contra la gran tormenta solar

La NASA cree que puede tomar medidas para protegernos de las tormentas solares . Este tipo de evento, durante el cual una lluvia de partículas de alta energía golpea nuestro planeta provocando apagones y todo tipo de disturbios eléctricos, podría ser previsto con el tiempo suficiente como para tomar medidas destinadas a minimizar sus efectos. Un sistema de alerta conformado por la sonda SOHO y las gemelas STEREO de la NASA nos permitiría hacer un modelo 3D del fenómeno y desconectar los sistemas esenciales antes de que resulten afectados.

El próximo pico de actividad solar se espera para 2012-2013...

Las estadísticas demuestran que cada cien años tiene lugar una tormenta solar lo suficientemente potente como para teñir los cielos de la Tierra con impresionantes auroras color rojo sangre. Lamentablemente, este tipo de fenómeno no se limita a producir aterradores espectáculos visuales, sino que afecta el funcionamiento de brújulas y satélites, produce apagones, interfiere con las redes de telecomunicaciones y afecta a casi todos los equipos electrónicos que nuestra civilización utiliza a diario.

Afortunadamente, la mayoría de las tormentas solares no son lo suficientemente grandes como para causar efectos “a lo Hollywood”, pero algunas de ellas podrían meternos realmente en problemas. En 1859, por ejemplo, tuvo lugar el llamado “evento Carrington”, una súper tormenta solar que interrumpió el tráfico telegráfico e incluso incendió algunas de sus oficinas. Si un evento similar tuviese lugar en el mundo actual, las perdidas -económicas y de vidas humanas- serían enormes.

Un informe emitido por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos en 2008 advierte de que si una tormenta solar “importante” se produjese en la actualidad, experimentaríamos apagones generalizados de electricidad, e incluso se dañarían muchos de los transformadores principales utilizados en las redes de distribución de energía eléctrica. Para evitar esto, la NASA se encuentra trabajando en un proyecto llamado “Escudo Solar” (“Solar Shield”) , destinado a alertar a las empresas distribuidoras de electricidad sobre la posibilidad de un evento de este tipo con el tiempo suficiente para que realicen la desconexión preventiva de sus sistemas.

Según Antti Pulkkinen, un investigador de la Universidad Católica de América que trabajan en el Goddard Space Flight Center de la NASA, “Solar Shield es un sistema de previsión, nuevo y experimental, aplicado a la red de distribución eléctrica de América del Norte. Creemos que puede ser útil para desconectar a tiempo transformadores específicos a partir de la predicción de cuáles de ellos podrían ser afectados por una tormenta solar.”

La causa del mal funcionamiento de las redes eléctricas durante esos eventos tiene su origen en un efecto conocido como GIC (“Geomagnetically Induced Current”, o “corriente inducida geomagnéticamente”). Cuando la nube de partículas solares generadas durante una tormenta golpea el campo magnético de la Tierra hace que este comience a “temblar”. Estas vibraciones magnéticas inducen corrientes en todas las regiones de la atmósfera, sobrecargando circuitos, interruptores y -en casos extremos- derritiendo las bobinas de los transformadores eléctricos.

Esto ya ha ocurrido en la historia reciente: una tormenta geomagnética mucho menos grave que el evento Carrington dejó sin energía eléctrica durante 9 horas a toda la provincia canadiense de Quebec el 13 de marzo de 1989. Ese día se dañaron transformadores en Quebec, Nueva Jersey, y Gran Bretaña, contabilizandosé más de 200 anomalías en la red de distribución eléctrica de varios países. En octubre de 2003, las “tormentas de Halloween” provocaron apagones en varias zonas del sur de Suecia y África.

Por terrible que parezcan estos casos, lo cierto es que ninguna de esas tormentas puede comprarse con el “evento Carrington”, y que según la North American Electric Reliability Corporation (NERC) y el Departamento de Energía de EE.UU. los sistemas modernos de distribución de energía son aún más sensibles a las GIC. El proyecto de la NASA podría evitar estos problemas. Pulkkinen explica que “el escudo solar entra en acción cuando se detecta una eyección de masa coronal (CME, por Coronal Mass Ejection) en el Sol. Las imágenes proporcionadas por SOHO y las sondas gemelas STEREO de la NASA nos muestran la nube de partículas desde tres puntos de vista, lo que nos permite hacer un modelo 3D de la CME, y predecir cuándo va a llegar.” Estas partículas demoran entre 24 y 48 horas en llegar a la Tierra, un tiempo valioso que puede emplearse para calcular la hora y lugar en que golpeará nuestro planeta. Con esos datos, las empresas de distribución de energía pueden desconectar sus transformadores para protegerlos.

Pulkkinen aclara que “Solar Shield” es por ahora un sistema experimental y que nunca ha sido probado durante una tormenta geomagnética real. Varias empresas distribuidoras han instalado monitores en lugares clave de sus redes para ayudar al equipo de la NASA en sus predicciones. Dado que en los últimos años la actividad solar ha sido pequeña y solo se han producido unas pocas tormentas relativamente leves durante el año pasado, el sistema no ha sido probado a fondo. “Nos gustaría que más empresas relacionadas con la energía se uniesen a nuestro equipo de investigación”, añade Pulkkinen. “Cuantos más datos obtengamos, más rápido podremos probar y mejorar Solar Shield”. El próximo pico de tormentas solares, que tienen una periodicidad aproximada de 11 años- se espera en algún momento de 2012 ó 2013, por lo que la puesta en marcha de este proyecto puede ser crucial.


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¿Viajero del tiempo capturado en película de Chaplin?

¿Es posible que en una película de los años veinte pueda aparecer una persona hablando por teléfono celular? Según el restaurador de filmes George Clarke, sí lo es. El realizador irlandés se percató de que en la película de Charles Chaplin “El Circo”, de 1928, una mujer camina con un objeto sobre su oreja que es, aparentemente, un móvil.

La situación es extraña, pues los celulares se crearon en 1983 y los Walkie Talkie en 1940. Clarke vio la imagen cuando analizó la cinta cuadro por cuadro con un zoom especial.

El restaurador y cineasta subió su descubrimiento a Internet y explicó que lo analizó durante un año, según indica el sitio de The Daily Telegraph.

“Este cortometraje es parte de lo que encontré en tras las escenas en la película de Charlie Chaplin “El Circo”. Siendo atento, en el estreno en el Manns Chinese Theatre, en Hollywood, CA, la escena muestra una mujer alta vestida de negro con un sombrero ocultando la mayor parte de su cara, con lo que solo puede ser descrito como un teléfono móvil, hablando mientras camina”, dijo Clarke.

“He estudiado este video durante un año y se lo he mostrado a unas 100 personas, además de un festival de cine. Nadie ha podido dar ninguna explicación sobre lo que está haciendo la mujer”, señaló el realizador.

La única explicación concebida por Clarke es que la mujer sería una “viajera del tiempo”. “Mi única teoría es simple… se trata de un viajero por el tiempo con un teléfono móvil”, recalca con seriedad.

Otros han propuesto que lo que tiene la persona en realidad es un dispositivo compacto  creado por la compañía Siemens en 1924 que serviría para ampliar el campo auditivo, sin embargo esto no explica por qué la persona está hablando con el mismo, ni tampoco la forma real del aparato que se visualiza en la película coincide en muchos puntos con el dispositivo de Siemens, el cual es más pequeño.


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Científicos urgen a enviar seres humanos a Marte «sin billete de vuelta»

El prestigioso físico y cosmólogo Paul Davies, de la Universidad Estatal de Arizona, y su colega Dirk Schulze-Makuch, de la Universidad de Washington, acaban de publicar en «Journal of Cosmology» un extenso artículo en el que explican la necesidad, y la urgencia, de enviar seres humanos a Marte sin billete de vuelta. Es decir, astronautas que emprendan el viaje sabiendo que nunca regresarán a la Tierra.

«Una misión tripulada a Marte -explica el artículo- es algo tecnológicamente posible, pero enormemente costoso y que requiere de grandes compromisos tanto políticos como financieros. Una solución creativa a este dilema podría ser el envío de misiones humanas a Marte solo de ida (…). Nuestra propuesta reduciría los costes a una fracción de los actuales».

En efecto, la mayor parte del coste de una futura misión a Marte no está en llevar seres humanos hasta allí, sino en traerlos de regreso a casa. Por no hablar de la necesidad de años enteros de rehabilitación una vez terminado el viaje, que no serían necesarios «si los astronautas se quedaran en el ambiente de baja gravedad de Marte».

Los científicos, que abogan por recuperar el mismo espíritu de exploración que impulsó a hombres como Colón o Amundsen, aseguran que, sobre la base de una misión solo de ida al Planeta Rojo, se desarrollaría todo un programa de exploración largo y estable. Inicialmente habría que enviar dos naves, con dos tripulantes cada una y con todos los pertrechos necesarios para una larga permanencia. Al estar todo duplicado, una nave podría auxiliar a la otra en caso de emergencia o necesidad.

Antes de la llegada de los primeros humanos, sin embargo, una flotilla de misiones no tripuladas habría llevado hasta el lugar elegido del mundo vecino los materiales, vehículos, herramientas y provisiones para sobrevivir varios años. Los astronautas, además, recibirían periódicamente suministros y provisiones de la Tierra, hasta que la incipiente colonia no fuera capaz de conseguir su sustento del propio Marte. Algo que, según los científicos, podría tardar décadas enteras en llegar.

Davies y Schulze-Makuch subrayan que no se trata de una «misión suicida» en la que los astronautas son abandonados en un lugar hostil. Al contrario, el lugar de aterrizaje se buscaría con sumo cuidado, teniendo en cuenta la existencia de refugios naturales (cuevas y tubos de lava como los que muestra la imagen), minerales y agua. Recibiendo además, la citada ayuda periódica, los primeros astronautas dispondrían de todo lo necesario para construir una especie de “campamento base” que, una vez terminado, serviría para acoger a más colonos.

“Existen -se asegura en el artículo- numerosas razones que justifican el establecimiento de una colonia en Marte. Somos una especie vulnerable que vive en una parte de la galaxia en la que los acontecimientos cósmicos, como el impacto de asteroides y cometas o la explosión de supernovas, suponen una significativa amenaza para la vida en la Tierra, especialmente para la vida humana. (…) Así, la colonización de otros mundos es una necesidad si la especie humana quiere sobrevivir a largo plazo. Los primeros objetivos potenciales para colonizar podrían ser los asteroides, la Luna y Marte. (…) Marte es, de lejos, el más prometedor para soportar una colonización continuada, ya que en muchos aspectos es similar a la Tierra”.

Los investigadores afirman también que estos asentamientos permenentes ofrecerían a la Humanidad “un bote salvavidas” en el caso de producirse una gran catástrofe en la Tierra. Y serían, a la vez, la mejor forma de resolver, de una vez por todas, algo que hasta ahora ninguna misión robótica ha logrado: establecer si en Marte hubo vida alguna vez y si, de alguna forma, esa vida ha logrado sobrevivir hasta la actualidad.

El éxito del proyecto que proponen Davies y Schulze-Makuch depende de que se cumplan a rajatabla tres fases: la cuidadosa elección del lugar de aterrizaje, utilizando todos los datos de las misiones actuales y futuras al Planeta Rojo; el establecimiento previo de una base no habitada pero con los recursos necesarios para sustentar la vida humana; y el envío de astronautas dispuestos a realizar un viaje sólo de ida, sin esperanza alguna de regresar a la Tierra.

La selección de esta primera tripulación deberá realizarse teniendo en cuenta varios factores: en primer lugar, sería preferible que los primeros colonos hayan superado su edad reproductiva, y que sus esperanzas de vida estén por debajo de los veinte años; en segundo, que se envíen dos naves diferentes con dos astronautas en cada una. Uno de los cuatro colonos debería ser un físico experimentado, y el resto deberá tener amplios conocimientos científicos y técnicos, así como un fuerte compromiso con la investigación científica y la exploración.

Aunque parezca mentira, la NASA cuenta ya con voluntarios de sobra para realizar una misión de estas características. Y todos ellos se ajustan al perfil requerido por Davies y Schulze-Makuch. Una vez llegados a la base, sus tareas no serían muy diferentes de las que realizaron en su día los primeros colonos de Norte América, sólo que con recursos y herramientas mucho más sofisticadas. Enriquecer el terreno hasta hacerlo apto para el cultivo, construir refugios para futuros colonos y para sí mismos, recolectar los materiales necesarios para ampliar la colonia… y poner a punto su propia biosfera, un entorno capaz de aprovechar los recursos del planeta para su propia supervivencia.

Los primeros astronautas, además, habrán recibido un intenso entrenamiento tanto físico como psicológico antes de emprender su misión, y mantendrán, una vez allí, contacto permanente con la Tierra por medio de email, radio y videoconferencia. Los autores del artículo subrayan que, en plena era de las comunicaciones, estos primeros colonos marcianos estarán «más conectados a casa que los primeros exploradores antárticos».

Según Davies y Schulze-Makuch, en apenas unas décadas la población humana de Marte podría haber crecido hasta los 150 individuos, lo que supone «un pull genético viable y que permitirá la posibilidad de llevar a cabo un programa reproductivo a largo plazo».

Concluye el artículo subrayando que, en nuestro Sistema Solar, Marte es el planeta que “está razonablemente más cercano” a tener los recursos necesarios para hacer posible este proyecto de colonización. «Aquí, proponemos la forma más pragmática para conseguir este objetivo estableciendo primero una base robotizada permanente que será seguida por una serie de misiones tripuladas, solo de ida, a Marte».


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Mundos oscuros en los confines del Sistema Solar

Rebuscando en los archivos de imágenes digitales tomadas por el telescopio espacial Hubble, un equipo de astrónomos ha detectado recientemente 14 nuevos vecinos de Plutón. El estudio de tales objetos trans-Neptunianos, oscuros y helados, sirve para comprender los momentos iniciales de la formación de nuestro Sistema Solar hace ahora 4.500 millones de años.

Algunos de los mayores TNOs que se conocen | NASA, ESA, A. Feild (STScI).

Plutón no es más que uno de los numerosos pequeños mundos que pueblan la región profunda del Sistema Solar, más allá de la órbita de Neptuno. Apenas iluminados por el lejano Sol, estos objetos trans-Neptunianos (o TNOs, por sus siglas en inglés) viven en una permanente oscuridad que dificulta su localización y su estudio.

Se ha determinado bien la órbita de unos dos centenares de TNOs, pero de la inmensa mayoría de éstos se conoce muy poco. Plutón, prototipo de los recientemente denominados ‘planetas enanos’, es el mayor de todos los objetos de esa región, desde donde también nos llegan numerosos cometas, como el Halley.

Auténticas reliquias intactas desde la formación del Sistema Solar, estos cuerpos conservan la composición química de la nube primordial que formó nuestro sistema planetario. Su estudio nos permite por tanto ayudar a comprender los momentos iniciales de la formación del Sol y su grupo de planetas, hace ahora unos 4.500 millones de años.

El inmenso legado del telescopio espacial Hubble, en la forma de numerosísimas y muy profundas imágenes digitales, se ha revelado como un poderoso archivo para detectar nuevos ejemplares de estos débiles TNOs. El astrónomo César Fuentes y sus colaboradores del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (cerca de Cambridge, EEUU) han desarrollado una técnica automática para detectar tales objetos sobre imágenes de archivo. En esas imágenes, un TNO, debido a su movimiento alrededor del Sol, aparece como una débil estela luminosa ante las estrellas fijas del fondo.

Comparación de tamaños y colores de los mayores TNOs | A. Feild (STScI).

Los astrónomos desarrollaron un software para localizar tales estelas de manera automática. La localización de una estela se complementó con un cuidadoso examen visual que permitió confirmar (o rechazar) la asociación real de cada estela con un TNO. Tras explorar varios centenares de imágenes de zonas próximas a la eclíptica (el plano que contiene al Sol y a los ocho planetas), este equipo de investigadores localizó 14 nuevos TNOs, entre ellos uno binario (similar al sistema Plutón-Caronte). Todos ellos son oscuros y extremadamente débiles (más de 100 millones de veces más débiles que las estrellas visibles por el ojo desnudo).

Las medidas de sus movimientos en el cielo permitieron calcular las órbitas y distancias de todos los objetos. Y haciendo hipótesis razonables sobre la reflectividad del material de que están constituidos, llegaron a determinar los tamaños de todos estos objetos, que resultan estar en un rango de 40 a 100 kilómetros de diámetro. Todos estos resultados han sido publicados en un artículo reciente del Astrophysical Journal (Fuente et al. 2010, disponible aquí).

Algunos de estos TNOs pueden tener órbitas muy inclinadas respecto de la eclíptica, por lo que examinando imágenes de regiones más distantes sería posible detectar aún más TNOs. Los autores esperan extender su trabajo de esta manera para llegar a detectar quizás varios centenares de nuevos objetos.

Sin duda el archivo del Hubble nos reserva aún numerosos descubrimientos y sorpresas.

El 19 de Enero de 2006, la NASA lanzó desde Cabo Cañaveral la sonda New Horizons, una misión no tripulada que tiene por objetivo la exploración in situ del sistema Plutón-Caronte y de sus dos lunas Nix e Hidra. La sonda pasó por las proximidades de Júpiter en el primer semestre de 2007 y allí aprovechó el campo gravitatorio del gigante gaseoso para ganar más velocidad. Se espera que la sonda sobrevuele Plutón (al que se acercará a una distancia menor de 10.000 kilómetros) y Caronte en Julio de 2015. También está previsto que New Horizons pueda explorar otros TNOs antes del año 2020.

Plutón, descubierto en 1930, fue el primer TNO identificado. Le siguió su luna Caronte en 1978. Pero fue la detección, realizada en 1992 desde el observatorio de Mauna Kea en Hawaii, del siguiente objeto denominado ‘(15760) 1992 QB1' el que desencadenó las búsquedas sistemáticas para realizar un censo lo más completo posible.

El mayor TNO conocido es Eris, un planeta enano de unos 2500 kilómetros de diámetro, que se encuentra 100 veces más lejos del Sol que la Tierra (esto es, unas tres veces más lejano del Sol que Plutón). Eris fue identificado en el año 2005 en el Observatorio de Monte Palomar. Tiene una pequeña luna (de apenas 100 kilómetros de tamaño) llamada Disnomia (como la hija de la diosa Eris en la mitología griega).

El 31 de Mayo de 2008 se descubrió el primer TNO con movimiento retrógrado. Se trata del objeto ‘2008 KV42' apodado informalmente ‘Drac’.

La sonda New Horizons transporta, además de la carga científica, un CD con casi medio millón de nombres recogidos en el sitio web de la misión, una bandera de EEUU y algunas cenizas de Clyde Tombaugh (1906-1997), el astrónomo estadounidense que descubrió Plutón en 1930.


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Penrose plantea un nuevo modelo cosmológico

A lo largo de la historia de la ciencia del siglo XX han existido diferentes modelos cosmológicos cíclicos. El original modelo de Friedmann propuso que nuestro universo es un estadio más de una sucesión ilimitada de universos cerrados que nacen y colapsan en extrañas singularices físicas. Animado por Einstein, Tolman relacionó ideas relativistas con leyes termodinámicas para formar un nuevo modelo cíclico del universo con una flecha temporal definida, sin incluir los grados de libertad de la gravedad.

El modelo de Smolin ofrece una visión más reciente acerca de múltiples universos bebés originados en las singularidades de los agujeros negros. La amplísima gama de tipos universos explica el origen de la vida en términos de probabilidad. Otras tentativas en teoría de cuerdas como el modelo de Veneziano se basan en nuevas geometrías sin lograr evitar las irregulares singularidades. Hawking consiguió eliminarlas en sus modelos cosmológicos sin fronteras. Ashtekar y Bojowald han conseguido el mejor modelo sin singularidad inicial, usando novedosas aproximaciones a la gravedad cuántica. Sin embargo, ningún modelo cosmológico ha incluido aún los grados de libertad gravitatorios. ¿Es posible un nuevo modelo mejorado?

La Mecánica de Newton y la Relatividad General de Einstein son teorías físicas locales con simétrica temporal. En contra de la experiencia psíquica fenomenológica, no admiten una dirección temporal: pasado y futuro son simétricos. No existe, pues, un flujo del tiempo desde el pasado hacia el futuro. Por simetría, tampoco existe un flujo hacia el pasado; simplemente, el tiempo no fluye. No fluye porque no tiene por donde hacerlo. El espacio-tiempo de Einstein es una única estructura de cuatro dimensiones donde espacio y tiempo son finitos y están predeterminados.

Las actuales teorías físicas constituyen un conjunto completo de leyes físicas locales, en referencia a un espacio-tiempo que permite describir la historia del Universo hasta el mismo Big Bang. El Big Bang como singularidad geométrica primordial no pertenece en sí mismo al canon del conocimiento físico, pues las vigentes leyes físicas no pueden aplicarse a algo que no pertenece al espacio-tiempo: no es posible predecir lo que sucede en una singularidad.

La segunda ley de la Termodinámica afirma que todos los procesos irreversibles en el Universo conllevan un incremento global de la entropía, es decir, de la magnitud que cuantifica el grado de desorden o desinformación de un sistema termodinámico. Este aumento de entropía nos permite diferenciar el antes y el después de todo proceso irreversible. Todo estado posterior se corresponde con una mayor cantidad de entropía o desorden, distinto del antes con menor desorden. El aumento de la entropía nos permite, pues, diferenciar un sentido positivo del flujo temporal. Es decir, definir una flecha del tiempo coherente con la experiencia subjetiva.

De acuerdo con la Termodinámica, todo sistema en equilibrio termodinámico tiene un nivel máximo de entropía. Parece existir entonces una contradicción entre la flecha del tiempo termodinámica y las observaciones cosmológicas que conducen a un estado primordial de máxima entropía. Si, realmente, el Universo partió de un estado termalizado máximamente desordenado, entonces no es posible explicar el origen de las actuales estructuras materiales y la Segunda Ley queda sin explicación lógica plausible. Sencillamente, toda la energía del universo en equilibrio térmico es inútil.

La energía funcional precisa de variaciones en la entropía que, a su vez permiten la emergencia de las estructuras físicas para originar la vida. El Big Bang no pudo ser un estado primigenio en absoluto equilibrio térmico. La interacción física dominante, la gravedad, debió de desempeñar un papel relevante.

La vida en la Tierra depende del sol. No es del todo cierto que el sol sea una fuente de energía para la tierra, pues la potencia recibida de la luz solar es similar a la emitida por la Tierra de vuelta al cosmos. La clave es la diferencia de energía entre el sol y el cosmos. Los fotones procedentes del sol poseen mayor energía-frecuencia que los fotones reflejados por la tierra debido a un corrimiento al rojo por dispersión.

En consecuencia, para mantener el equilibrio radiativo, debe haber un mayor número de fotones reflejados por la Tierra que el número de fotones recibidos. Este aumento del número de fotones supone mayor posibilidad de desorden y, por ende, un incremento de entropía en la energía devuelta al cosmos.

Los seres vivos se sirven de este proceso a través de la fotosíntesis. Toma la energía ordenada del sol y la devuelven con mayor entropía, beneficiándose de un estado vital ordenado que consigue oxígeno a partir de dióxido de carbono. Herbívoros y carnívoros aprovechan el oxígeno para controlar su entropía vital. La energía ordenada del sol, que hace emerger las estructuras complejas de la vida, procede de procesos nucleares en el interior solar que, en última instancia, dependen de la interacción gravitatoria.

De nuevo la gravedad se entrelaza con la Segunda Ley en los procesos evolutivos que desembocan en el origen de la complejidad material, las estructuras conformocionales de los seres vivos y, en definitiva, en la dinámica psíquica que permite la sensibilidad y la conciencia en el mundo físico. La activación de los grados de libertad gravitatorios, latentes en el comienzo del universo, permiten explicar la evolución temporal de la materia hacia la emergencia de la gran diversidad psicobiofísica presente en nuestro universo. Pero, ¿podemos saber más acerca del mismísimo Big Bang?

Las principales evidencias de la expansión del universo se basan en la velocidad de recesión de las galaxias observada por Hubble, la radiación de fondo de microondas descubierta accidentalmente por Penzias-Wilson y las recientes observaciones de los grupos de Perlmutter y Schimdt sobre la creciente aceleración de la expansión cósmica.

La radiación de fondo presenta un ajustadísimo espectro de cuerpo negro, que revela una radiación procedente de un estado universal en equilibrio termodinámico muy próximo al Big Bang. En sintonía con la Segunda Ley, este estado de equilibrio termodinámico se correspondería con una entropía máxima, contrariamente a lo razonablemente esperable: un universo inicialmente ordenado que evoluciona temporalmente hacia estados globales de mayor entropía.

Penrose propone que la gravedad incrementa la entropía de un estado de materia uniforme al formarse cúmulos de alta densidad derivados de la formación de agujeros negros. La entropía de los sistemas gravitatorios intensos supera la elevada entropía de la radiación de fondo. En las primeras etapas del universo, dominado por la radiación, la gravedad era una interacción secundaria debido a la alta homogeneidad del universo primitivo. La enorme entropía potencial, asociada a latentes grados de libertad gravitatorios, haría posteriormente emerger estructuras complejas. La cosmología de Penrose se desvía de los modelos cíclicos clásicos al incluir estos grados de libertad gravitatorios. De este modo el universo surgió de un estado primordial extraordinariamente ordenado.

Una singularidad es una obstrucción del continuo espacio-tiempo. Así como el Big Bang se asocia con la singularidad física que origina el tiempo, los agujeros negros representan el final del tiempo. Son el problema simétrico temporal del Big Bang. Cualquier trayectoria causal en el universo estirada hacia el pasado comienza en el Big Bang. Análogamente, la inevitable singularidad espaciotemporal del agujero negro es el futuro final de cualquier objeto atrapado por el agujero negro.

Sin embargo, el razonamiento de Penrose sobre la diferencia de entropía entre estos dos sucesos establece una asimetría. El Big Bang es una singularidad de una extraordinaria baja entropía comparada con la elevadísima entropía que caracteriza a las singularidades en los agujeros negros.

En el Big Bang el universo estaba tan caliente que la energía cinética de las partículas superaba su energía en reposo. Por tanto, la materia podría considerarse con masa despreciable o, sencillamente, sin masa efectiva. También el bosón de Higgs, que dota de masa a las demás partículas salvo a sí misma, tendría una masa efectiva nula como los fotones de la radiación. Las partículas sin masa son independientes de la métrica del espacio-tiempo. Necesitan y les basta una parte denominada geometría conforme, que es insensible a los cambios de escala locales.

Los fotones son partículas sin masa que median entre los campos electromagnéticos. La electromagnética teoría de campos es invariante bajo transformaciones de la métrica conforme. Esto quiere decir que las soluciones de las ecuaciones de Maxwell en una determinada escala conforme se corresponden exactamente con las soluciones para otra elección cualquiera de escala. Los fotones sólo necesitan que el espacio-tiempo tenga estructura de cono nulo (estructura espaciotemporal conforme) sin necesidad de un factor de escala que distinga una métrica de otras.


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11.13.2010

La meditación potencia la salud celular

Los cambios psicológicos positivos provocados por la meditación están relacionados con un aumento de la actividad de la telomerasa, enzima presente en células, en tejidos fetales y en ciertas células madre, que permite el alargamiento de los telómeros (extremos de los cromosomas). Además, la telomerasa resulta esencial para el mantenimiento de la salud celular del organismo.

Esto es lo que revela un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Davis (UCDavis) y de la Universidad de California en San Francisco (UCSF).

La presente investigación es la primera en relacionar el bienestar y los cambios psicológicos que ayudan a enfrentar el estrés con un aumento de dicha enzima.

Según explica Clifford Saron, investigador del UC Davis Center for Mind and Brain y uno de los autores del estudio, en un comunicado emitido por la UCDavis, lo que se ha descubierto es que la meditación promueve cambios psicológicos positivos y que la gente que medita muestra los mayores progresos en diversas mediciones psicológicas. Asimismo, presentan los más altos niveles de telomerasa.

La conclusión a la que llegan los científicos es que la meditación aumenta el bienestar psicológico humano y, en consecuencia, puede incrementar la actividad de la telomerasa en las células inmunes, lo que aumenta la longevidad celular.

En definitiva: el bienestar mental propiciado por la meditación puede tener un profundo efecto en los aspectos más fundamentales de la fisiología humana.

La investigación realizada se enmarca en un proyecto de la UCDavis denominado Proyecto Shamatha, en el que se están analizando los efectos de la meditación intensiva en cuerpo y mente.

En el presente estudio, los científicos midieron la actividad de la telomerasa en 30 participantes del Proyecto Shamatha, tras tres meses de entrenamiento en meditación intensiva.

Durante estos tres meses, los voluntarios meditaron dos veces cada día, un total de seis horas diarias, publica la revista Psychoneuroendocrinology.

Al finalizar el plazo de tres meses, los científicos pudieron constatar una actividad incrementada de la telomerasa (de alrededor de un tercio más) en los glóbulos blancos de los participantes que habían completado el retiro para meditar, en comparación con otras 30 personas que no habían meditado, y que pertenecían a un grupo de control.

Los voluntarios que meditaron también mostraron un incremento en ciertas cualidades psicológicas beneficiosas, como el control percibido (creencia en la propia capacidad de influenciar o controlar eventos vitales y en que uno puede provocar cambios deseados), la atención (capacidad para observar las experiencias personales de manera no reactiva) y el sentimiento de propósito vital (la percepción de la propia vida como si ésta tuviera un sentido, fuera importante y estuviera relacionada con objetivos a largo plazo y con valores).

Por último, los participantes en el estudio experimentaron una reducción de la neurosis o de las emociones negativas.

Clifford Saron. Fuente: UCDavis.

A partir de la aplicación de un modelo estadístico, los investigadores concluyeron que la actividad incrementada de la telomerasa tenía su origen en los efectos beneficiosos de la meditación sobre dos aspectos psicológicos concretos: el control percibido y la neurosis.

Además de los cambios en la telomerasa, la reducción de estos dos aspectos gracias a la meditación conllevó cambios en la atención y el sentido de propósito vital de los participantes.

Dentro del mismo Proyecto Shamatha, Saron y sus colaboradores han sacado a la luz otros interesantes descubrimientos sobre los efectos de la meditación.

Por ejemplo, el pasado mes de mayo, Katherine MacLean, otra de las investigadoras del proyecto, publicaba en la revista Psychological Science un artículo en el que se explicaba que las personas que meditan presentan una mayor capacidad de distinción visual y de atención sostenida durante un largo periodo.

Por otro lado, en un artículo que publicará próximamente la revista Emotion, los investigadores describen cómo la meditación puede reducir las reacciones impulsivas. Esta reducción estaría relacionada con una mejora del funcionamiento psicológico positivo.

La meditación es la práctica de un estado de atención concentrada, sobre un objeto externo, pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración. En estudios anteriores a los realizados por los investigadores del Proyecto Shamatha, se ha demostrado que este ejercicio puede tener otros efectos beneficiosos.

El pasado mes de abril, científicos de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte (UNCC), en Estados Unido, hicieron públicos los resultados de un estudio en el que se demostró, por ejemplo, que la meditación puede mejorar las capacidades cognitivas en tan solo cuatro días.

En el experimento de la UNCC participaron más de 60 personas que meditaron durante breves periodos de tiempo, y a las que posteriormente se les realizaron una serie de tests. Con ellos se constató que los voluntarios habían mejorado de manera significativa sus capacidades de procesamiento visual del espacio, su memoria de trabajo y sus funciones ejecutivas gracias a la meditación.

Por otro lado, en 2009, un estudio de la la American University revelaba que la meditación trascendental puede prevenir los problemas de hipertensión. En este caso, 300 estudiantes universitarios utilizaron esta técnica durante tres meses.

Investigaciones anteriores han demostrado asimismo que la meditación puede mejorar las habilidades visuales, contener el avance del SIDA e incluso aliviar el estrés postraumático y el insomnio crónico, entre otras posibilidades.

Por Yaiza Martínez.

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Penrose plantea un nuevo modelo cosmológico

A lo largo de la historia de la ciencia del siglo XX han existido diferentes modelos cosmológicos cíclicos. El original modelo de Friedmann propuso que nuestro universo es un estadio más de una sucesión ilimitada de universos cerrados que nacen y colapsan en extrañas singularices físicas. Animado por Einstein, Tolman relacionó ideas relativistas con leyes termodinámicas para formar un nuevo modelo cíclico del universo con una flecha temporal definida, sin incluir los grados de libertad de la gravedad.

El modelo de Smolin ofrece una visión más reciente acerca de múltiples universos bebés originados en las singularidades de los agujeros negros. La amplísima gama de tipos universos explica el origen de la vida en términos de probabilidad. Otras tentativas en teoría de cuerdas como el modelo de Veneziano se basan en nuevas geometrías sin lograr evitar las irregulares singularidades. Hawking consiguió eliminarlas en sus modelos cosmológicos sin fronteras. Ashtekar y Bojowald han conseguido el mejor modelo sin singularidad inicial, usando novedosas aproximaciones a la gravedad cuántica. Sin embargo, ningún modelo cosmológico ha incluido aún los grados de libertad gravitatorios. ¿Es posible un nuevo modelo mejorado?

La Mecánica de Newton y la Relatividad General de Einstein son teorías físicas locales con simétrica temporal. En contra de la experiencia psíquica fenomenológica, no admiten una dirección temporal: pasado y futuro son simétricos. No existe, pues, un flujo del tiempo desde el pasado hacia el futuro. Por simetría, tampoco existe un flujo hacia el pasado; simplemente, el tiempo no fluye. No fluye porque no tiene por donde hacerlo. El espacio-tiempo de Einstein es una única estructura de cuatro dimensiones donde espacio y tiempo son finitos y están predeterminados.

Las actuales teorías físicas constituyen un conjunto completo de leyes físicas locales, en referencia a un espacio-tiempo que permite describir la historia del Universo hasta el mismo Big Bang. El Big Bang como singularidad geométrica primordial no pertenece en sí mismo al canon del conocimiento físico, pues las vigentes leyes físicas no pueden aplicarse a algo que no pertenece al espacio-tiempo: no es posible predecir lo que sucede en una singularidad.

La segunda ley de la Termodinámica afirma que todos los procesos irreversibles en el Universo conllevan un incremento global de la entropía, es decir, de la magnitud que cuantifica el grado de desorden o desinformación de un sistema termodinámico. Este aumento de entropía nos permite diferenciar el antes y el después de todo proceso irreversible. Todo estado posterior se corresponde con una mayor cantidad de entropía o desorden, distinto del antes con menor desorden. El aumento de la entropía nos permite, pues, diferenciar un sentido positivo del flujo temporal. Es decir, definir una flecha del tiempo coherente con la experiencia subjetiva.

De acuerdo con la Termodinámica, todo sistema en equilibrio termodinámico tiene un nivel máximo de entropía. Parece existir entonces una contradicción entre la flecha del tiempo termodinámica y las observaciones cosmológicas que conducen a un estado primordial de máxima entropía. Si, realmente, el Universo partió de un estado termalizado máximamente desordenado, entonces no es posible explicar el origen de las actuales estructuras materiales y la Segunda Ley queda sin explicación lógica plausible. Sencillamente, toda la energía del universo en equilibrio térmico es inútil.

La energía funcional precisa de variaciones en la entropía que, a su vez permiten la emergencia de las estructuras físicas para originar la vida. El Big Bang no pudo ser un estado primigenio en absoluto equilibrio térmico. La interacción física dominante, la gravedad, debió de desempeñar un papel relevante.

La vida en la Tierra depende del sol. No es del todo cierto que el sol sea una fuente de energía para la tierra, pues la potencia recibida de la luz solar es similar a la emitida por la Tierra de vuelta al cosmos. La clave es la diferencia de energía entre el sol y el cosmos. Los fotones procedentes del sol poseen mayor energía-frecuencia que los fotones reflejados por la tierra debido a un corrimiento al rojo por dispersión.

En consecuencia, para mantener el equilibrio radiativo, debe haber un mayor número de fotones reflejados por la Tierra que el número de fotones recibidos. Este aumento del número de fotones supone mayor posibilidad de desorden y, por ende, un incremento de entropía en la energía devuelta al cosmos.

Los seres vivos se sirven de este proceso a través de la fotosíntesis. Toma la energía ordenada del sol y la devuelven con mayor entropía, beneficiándose de un estado vital ordenado que consigue oxígeno a partir de dióxido de carbono. Herbívoros y carnívoros aprovechan el oxígeno para controlar su entropía vital. La energía ordenada del sol, que hace emerger las estructuras complejas de la vida, procede de procesos nucleares en el interior solar que, en última instancia, dependen de la interacción gravitatoria.

De nuevo la gravedad se entrelaza con la Segunda Ley en los procesos evolutivos que desembocan en el origen de la complejidad material, las estructuras conformocionales de los seres vivos y, en definitiva, en la dinámica psíquica que permite la sensibilidad y la conciencia en el mundo físico. La activación de los grados de libertad gravitatorios, latentes en el comienzo del universo, permiten explicar la evolución temporal de la materia hacia la emergencia de la gran diversidad psicobiofísica presente en nuestro universo. Pero, ¿podemos saber más acerca del mismísimo Big Bang?

Las principales evidencias de la expansión del universo se basan en la velocidad de recesión de las galaxias observada por Hubble, la radiación de fondo de microondas descubierta accidentalmente por Penzias-Wilson y las recientes observaciones de los grupos de Perlmutter y Schimdt sobre la creciente aceleración de la expansión cósmica.

La radiación de fondo presenta un ajustadísimo espectro de cuerpo negro, que revela una radiación procedente de un estado universal en equilibrio termodinámico muy próximo al Big Bang. En sintonía con la Segunda Ley, este estado de equilibrio termodinámico se correspondería con una entropía máxima, contrariamente a lo razonablemente esperable: un universo inicialmente ordenado que evoluciona temporalmente hacia estados globales de mayor entropía.

Penrose propone que la gravedad incrementa la entropía de un estado de materia uniforme al formarse cúmulos de alta densidad derivados de la formación de agujeros negros. La entropía de los sistemas gravitatorios intensos supera la elevada entropía de la radiación de fondo. En las primeras etapas del universo, dominado por la radiación, la gravedad era una interacción secundaria debido a la alta homogeneidad del universo primitivo. La enorme entropía potencial, asociada a latentes grados de libertad gravitatorios, haría posteriormente emerger estructuras complejas. La cosmología de Penrose se desvía de los modelos cíclicos clásicos al incluir estos grados de libertad gravitatorios. De este modo el universo surgió de un estado primordial extraordinariamente ordenado.

Una singularidad es una obstrucción del continuo espacio-tiempo. Así como el Big Bang se asocia con la singularidad física que origina el tiempo, los agujeros negros representan el final del tiempo. Son el problema simétrico temporal del Big Bang. Cualquier trayectoria causal en el universo estirada hacia el pasado comienza en el Big Bang. Análogamente, la inevitable singularidad espaciotemporal del agujero negro es el futuro final de cualquier objeto atrapado por el agujero negro.

Sin embargo, el razonamiento de Penrose sobre la diferencia de entropía entre estos dos sucesos establece una asimetría. El Big Bang es una singularidad de una extraordinaria baja entropía comparada con la elevadísima entropía que caracteriza a las singularidades en los agujeros negros.

En el Big Bang el universo estaba tan caliente que la energía cinética de las partículas superaba su energía en reposo. Por tanto, la materia podría considerarse con masa despreciable o, sencillamente, sin masa efectiva. También el bosón de Higgs, que dota de masa a las demás partículas salvo a sí misma, tendría una masa efectiva nula como los fotones de la radiación. Las partículas sin masa son independientes de la métrica del espacio-tiempo. Necesitan y les basta una parte denominada geometría conforme, que es insensible a los cambios de escala locales.

Los fotones son partículas sin masa que median entre los campos electromagnéticos. La electromagnética teoría de campos es invariante bajo transformaciones de la métrica conforme. Esto quiere decir que las soluciones de las ecuaciones de Maxwell en una determinada escala conforme se corresponden exactamente con las soluciones para otra elección cualquiera de escala. Los fotones sólo necesitan que el espacio-tiempo tenga estructura de cono nulo (estructura espaciotemporal conforme) sin necesidad de un factor de escala que distinga una métrica de otras.


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Mundos oscuros en los confines del Sistema Solar

Rebuscando en los archivos de imágenes digitales tomadas por el telescopio espacial Hubble, un equipo de astrónomos ha detectado recientemente 14 nuevos vecinos de Plutón. El estudio de tales objetos trans-Neptunianos, oscuros y helados, sirve para comprender los momentos iniciales de la formación de nuestro Sistema Solar hace ahora 4.500 millones de años.

Algunos de los mayores TNOs que se conocen | NASA, ESA, A. Feild (STScI).

Plutón no es más que uno de los numerosos pequeños mundos que pueblan la región profunda del Sistema Solar, más allá de la órbita de Neptuno. Apenas iluminados por el lejano Sol, estos objetos trans-Neptunianos (o TNOs, por sus siglas en inglés) viven en una permanente oscuridad que dificulta su localización y su estudio.

Se ha determinado bien la órbita de unos dos centenares de TNOs, pero de la inmensa mayoría de éstos se conoce muy poco. Plutón, prototipo de los recientemente denominados ‘planetas enanos’, es el mayor de todos los objetos de esa región, desde donde también nos llegan numerosos cometas, como el Halley.

Auténticas reliquias intactas desde la formación del Sistema Solar, estos cuerpos conservan la composición química de la nube primordial que formó nuestro sistema planetario. Su estudio nos permite por tanto ayudar a comprender los momentos iniciales de la formación del Sol y su grupo de planetas, hace ahora unos 4.500 millones de años.

El inmenso legado del telescopio espacial Hubble, en la forma de numerosísimas y muy profundas imágenes digitales, se ha revelado como un poderoso archivo para detectar nuevos ejemplares de estos débiles TNOs. El astrónomo César Fuentes y sus colaboradores del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (cerca de Cambridge, EEUU) han desarrollado una técnica automática para detectar tales objetos sobre imágenes de archivo. En esas imágenes, un TNO, debido a su movimiento alrededor del Sol, aparece como una débil estela luminosa ante las estrellas fijas del fondo.

Comparación de tamaños y colores de los mayores TNOs | A. Feild (STScI).

Los astrónomos desarrollaron un software para localizar tales estelas de manera automática. La localización de una estela se complementó con un cuidadoso examen visual que permitió confirmar (o rechazar) la asociación real de cada estela con un TNO. Tras explorar varios centenares de imágenes de zonas próximas a la eclíptica (el plano que contiene al Sol y a los ocho planetas), este equipo de investigadores localizó 14 nuevos TNOs, entre ellos uno binario (similar al sistema Plutón-Caronte). Todos ellos son oscuros y extremadamente débiles (más de 100 millones de veces más débiles que las estrellas visibles por el ojo desnudo).

Las medidas de sus movimientos en el cielo permitieron calcular las órbitas y distancias de todos los objetos. Y haciendo hipótesis razonables sobre la reflectividad del material de que están constituidos, llegaron a determinar los tamaños de todos estos objetos, que resultan estar en un rango de 40 a 100 kilómetros de diámetro. Todos estos resultados han sido publicados en un artículo reciente del Astrophysical Journal (Fuente et al. 2010, disponible aquí).

Algunos de estos TNOs pueden tener órbitas muy inclinadas respecto de la eclíptica, por lo que examinando imágenes de regiones más distantes sería posible detectar aún más TNOs. Los autores esperan extender su trabajo de esta manera para llegar a detectar quizás varios centenares de nuevos objetos.

Sin duda el archivo del Hubble nos reserva aún numerosos descubrimientos y sorpresas.

El 19 de Enero de 2006, la NASA lanzó desde Cabo Cañaveral la sonda New Horizons, una misión no tripulada que tiene por objetivo la exploración in situ del sistema Plutón-Caronte y de sus dos lunas Nix e Hidra. La sonda pasó por las proximidades de Júpiter en el primer semestre de 2007 y allí aprovechó el campo gravitatorio del gigante gaseoso para ganar más velocidad. Se espera que la sonda sobrevuele Plutón (al que se acercará a una distancia menor de 10.000 kilómetros) y Caronte en Julio de 2015. También está previsto que New Horizons pueda explorar otros TNOs antes del año 2020.

Plutón, descubierto en 1930, fue el primer TNO identificado. Le siguió su luna Caronte en 1978. Pero fue la detección, realizada en 1992 desde el observatorio de Mauna Kea en Hawaii, del siguiente objeto denominado ‘(15760) 1992 QB1' el que desencadenó las búsquedas sistemáticas para realizar un censo lo más completo posible.

El mayor TNO conocido es Eris, un planeta enano de unos 2500 kilómetros de diámetro, que se encuentra 100 veces más lejos del Sol que la Tierra (esto es, unas tres veces más lejano del Sol que Plutón). Eris fue identificado en el año 2005 en el Observatorio de Monte Palomar. Tiene una pequeña luna (de apenas 100 kilómetros de tamaño) llamada Disnomia (como la hija de la diosa Eris en la mitología griega).

El 31 de Mayo de 2008 se descubrió el primer TNO con movimiento retrógrado. Se trata del objeto ‘2008 KV42' apodado informalmente ‘Drac’.

La sonda New Horizons transporta, además de la carga científica, un CD con casi medio millón de nombres recogidos en el sitio web de la misión, una bandera de EEUU y algunas cenizas de Clyde Tombaugh (1906-1997), el astrónomo estadounidense que descubrió Plutón en 1930.


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Falleció Zecharia Sitchin, uno de los principales difusores de la hipótesis del astronauta antiguo

Uno de los pioneros en proponer que nuestro planeta fue visitado en la remota antigüedad por seres de otros mundos (“dioses” para nuestros antepasados) que mediante experimentos genéticos intervinieron en la creación de nuestra especie y actual civilización, murió hace algunas semanas según informa su propio sitio web sitchin.com: “Lamentamos informarle que Zecharia Sitchin falleció en la mañana del 9 de octubre. Un modesto y privado funeral familiar se celebró al día siguiente”.

Nacido el 11 de julio 1920 en Baku (Azerbayán), este escritor ha sido conocido por la fascinante serie de libros “Crónicas de la Tierra” donde atribuye la creación de la antigua cultura sumeria a los Anunnaki; una raza de extraterrestres de un planeta llamado Nibiru ubicado más allá de Neptuno. Él sostenía que este hipotético planeta estaba en una órbita elíptica alargada, en torno a nuestro propio sol, afirmando que la mitología sumeria refleja este punto de vista.

Al igual que cualquiera que se atreva a desafiar lo que dicen los libros de historia, Sitchin fue atacado y cuestionado por muchos científicos, historiadores y arqueólogos protectores de los paradigmas del establishment.

Educado en Palestina y licenciado en Historia Económica por la London School of Economics and Political Science, conoció en profundidad el hebreo clásico y el moderno, y leía el sumerio así como otros idiomas antiguos de oriente. Ha traducido y reinterpretado antiguas tablillas e inscripciones de los pueblos donde surgieron las primeras civilizaciones. Sus libros han sido traducidos a 26 idiomas.

A partir de su interpretación de poemas sumerios y acadios, de inscripciones hititas y de tablillas sumerias, acadias, babilónias y cananeas, además de los jeroglíficos egipcios, mezclándolo y relacionándolo todo con los libros del Antiguo Testamento, el Libro de los Jubileos y otras fuentes, ha llegado a conclusiones que en su opinión, le permiten abordar la historia de la humanidad y del planeta Tierra desde una óptica absolutamente distinta a la establecida oficialmente.

La serie de libros CRÓNICAS DE LA TIERRA se basa en premisas tales como: que la mitología no es una extravagancia, sino la depositaria de recuerdos ancestrales; que la Biblia debe leerse literalmente como un documento histórico-científico y que las antiguas civilizaciones (mucho más antiguas y esplendorosas de lo que suele creerse) fueron el producto del conocimiento que trajeron a la Tierra los Anunnaki, es decir, “los que descendieron del Cielo a la Tierra”.

Presenta pruebas antiquísimas de la existencia de otro planeta dentro del sistema solar. Se trata del planeta natal de esta especie alienígena. De hecho, los datos recientes procedentes de naves espaciales no pilotadas, confirman estas pruebas y ello ha impulsado a los astrónomos a buscar activamente lo que viene denominándose como “el planeta X”.

También se ocupa en detalle de la cosmogonía del antiguo Sumer y demás civilizaciones antiguas, donde los “dioses” crearon al hombre a su imagen y semejanza para que les sirvan en las arduas tareas a realizar en nuestro planeta, estableciendo luego una “realeza semi-humana” (Nephilim) para que hicieran de intermediarios y gobernaran sobre los demás hombres.

El árbol de la vida... En esta imagen pueden apreciarse a los Anunnaki frente a un "árbol" cuya forma recuerda a la estructura del ADN. Sobre eso aparece en el cielo nocturno un disco alado tripulado por otro de estos seres.

Además, ciertos conocimientos anacrónicos (en astronomía, biología, matemáticas, etc.) atribuidos a los antiguos habrían sido también legados por estos “astronautas antiguos”. Explicando de esta forma la existencia de megalómanos monumentos ancestrales cuya milimétrica perfección no coincide con la tecnología disponible en la época en donde el oficialismo académico pretende encajarlos.

Mucho de lo que dice Sitchin en sus libros es apoyado no solo por escritos antiguos sino por explícitos gráficos e iconografías de estos seres y sus artilugios, sin ser algo exclusivo del antiguo Sumer:

  Colección de Libros de Zecharia Sitchin (47.7 MiB, 102 hits)
Descripción de archivo: Incluye: El 12º Planeta, La Escalera al Cielo, La Guerra de los Dioses y los Hombres, Los Reinos Perdidos, Al Principio de los Tiempos, El Código Cósmico, El Final de Los Tiempos, El Génesis Revisado, y El Libro Perdido de Enki. Todos ampliamente ilustrados.


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Científicos urgen a enviar seres humanos a Marte «sin billete de vuelta»

El prestigioso físico y cosmólogo Paul Davies, de la Universidad Estatal de Arizona, y su colega Dirk Schulze-Makuch, de la Universidad de Washington, acaban de publicar en «Journal of Cosmology» un extenso artículo en el que explican la necesidad, y la urgencia, de enviar seres humanos a Marte sin billete de vuelta. Es decir, astronautas que emprendan el viaje sabiendo que nunca regresarán a la Tierra.

«Una misión tripulada a Marte -explica el artículo- es algo tecnológicamente posible, pero enormemente costoso y que requiere de grandes compromisos tanto políticos como financieros. Una solución creativa a este dilema podría ser el envío de misiones humanas a Marte solo de ida (…). Nuestra propuesta reduciría los costes a una fracción de los actuales».

En efecto, la mayor parte del coste de una futura misión a Marte no está en llevar seres humanos hasta allí, sino en traerlos de regreso a casa. Por no hablar de la necesidad de años enteros de rehabilitación una vez terminado el viaje, que no serían necesarios «si los astronautas se quedaran en el ambiente de baja gravedad de Marte».

Los científicos, que abogan por recuperar el mismo espíritu de exploración que impulsó a hombres como Colón o Amundsen, aseguran que, sobre la base de una misión solo de ida al Planeta Rojo, se desarrollaría todo un programa de exploración largo y estable. Inicialmente habría que enviar dos naves, con dos tripulantes cada una y con todos los pertrechos necesarios para una larga permanencia. Al estar todo duplicado, una nave podría auxiliar a la otra en caso de emergencia o necesidad.

Antes de la llegada de los primeros humanos, sin embargo, una flotilla de misiones no tripuladas habría llevado hasta el lugar elegido del mundo vecino los materiales, vehículos, herramientas y provisiones para sobrevivir varios años. Los astronautas, además, recibirían periódicamente suministros y provisiones de la Tierra, hasta que la incipiente colonia no fuera capaz de conseguir su sustento del propio Marte. Algo que, según los científicos, podría tardar décadas enteras en llegar.

Davies y Schulze-Makuch subrayan que no se trata de una «misión suicida» en la que los astronautas son abandonados en un lugar hostil. Al contrario, el lugar de aterrizaje se buscaría con sumo cuidado, teniendo en cuenta la existencia de refugios naturales (cuevas y tubos de lava como los que muestra la imagen), minerales y agua. Recibiendo además, la citada ayuda periódica, los primeros astronautas dispondrían de todo lo necesario para construir una especie de “campamento base” que, una vez terminado, serviría para acoger a más colonos.

“Existen -se asegura en el artículo- numerosas razones que justifican el establecimiento de una colonia en Marte. Somos una especie vulnerable que vive en una parte de la galaxia en la que los acontecimientos cósmicos, como el impacto de asteroides y cometas o la explosión de supernovas, suponen una significativa amenaza para la vida en la Tierra, especialmente para la vida humana. (…) Así, la colonización de otros mundos es una necesidad si la especie humana quiere sobrevivir a largo plazo. Los primeros objetivos potenciales para colonizar podrían ser los asteroides, la Luna y Marte. (…) Marte es, de lejos, el más prometedor para soportar una colonización continuada, ya que en muchos aspectos es similar a la Tierra”.

Los investigadores afirman también que estos asentamientos permenentes ofrecerían a la Humanidad “un bote salvavidas” en el caso de producirse una gran catástrofe en la Tierra. Y serían, a la vez, la mejor forma de resolver, de una vez por todas, algo que hasta ahora ninguna misión robótica ha logrado: establecer si en Marte hubo vida alguna vez y si, de alguna forma, esa vida ha logrado sobrevivir hasta la actualidad.

El éxito del proyecto que proponen Davies y Schulze-Makuch depende de que se cumplan a rajatabla tres fases: la cuidadosa elección del lugar de aterrizaje, utilizando todos los datos de las misiones actuales y futuras al Planeta Rojo; el establecimiento previo de una base no habitada pero con los recursos necesarios para sustentar la vida humana; y el envío de astronautas dispuestos a realizar un viaje sólo de ida, sin esperanza alguna de regresar a la Tierra.

La selección de esta primera tripulación deberá realizarse teniendo en cuenta varios factores: en primer lugar, sería preferible que los primeros colonos hayan superado su edad reproductiva, y que sus esperanzas de vida estén por debajo de los veinte años; en segundo, que se envíen dos naves diferentes con dos astronautas en cada una. Uno de los cuatro colonos debería ser un físico experimentado, y el resto deberá tener amplios conocimientos científicos y técnicos, así como un fuerte compromiso con la investigación científica y la exploración.

Aunque parezca mentira, la NASA cuenta ya con voluntarios de sobra para realizar una misión de estas características. Y todos ellos se ajustan al perfil requerido por Davies y Schulze-Makuch. Una vez llegados a la base, sus tareas no serían muy diferentes de las que realizaron en su día los primeros colonos de Norte América, sólo que con recursos y herramientas mucho más sofisticadas. Enriquecer el terreno hasta hacerlo apto para el cultivo, construir refugios para futuros colonos y para sí mismos, recolectar los materiales necesarios para ampliar la colonia… y poner a punto su propia biosfera, un entorno capaz de aprovechar los recursos del planeta para su propia supervivencia.

Los primeros astronautas, además, habrán recibido un intenso entrenamiento tanto físico como psicológico antes de emprender su misión, y mantendrán, una vez allí, contacto permanente con la Tierra por medio de email, radio y videoconferencia. Los autores del artículo subrayan que, en plena era de las comunicaciones, estos primeros colonos marcianos estarán «más conectados a casa que los primeros exploradores antárticos».

Según Davies y Schulze-Makuch, en apenas unas décadas la población humana de Marte podría haber crecido hasta los 150 individuos, lo que supone «un pull genético viable y que permitirá la posibilidad de llevar a cabo un programa reproductivo a largo plazo».

Concluye el artículo subrayando que, en nuestro Sistema Solar, Marte es el planeta que “está razonablemente más cercano” a tener los recursos necesarios para hacer posible este proyecto de colonización. «Aquí, proponemos la forma más pragmática para conseguir este objetivo estableciendo primero una base robotizada permanente que será seguida por una serie de misiones tripuladas, solo de ida, a Marte».


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Descubren agua y plata en el cráter lunar donde chocó una nave de la NASA

El 13 de octubre del pasado año, la NASA empotró un cohete contra un cráter de la Luna en una misión sin precedentes que tenía el objetivo de buscar agua, un hallazgo vital para el desarrollo de la exploración espacial. Ahora, prácticamente doce meses después, los científicos se prestan a ofrecer la primera explicación detallada de qué fue lo que la sonda de detección y observación LCROSS, encargada de registrar lo que sucedía, encontró tras el violento impacto. Los resultados, que se publican en la revista Science, desvelan un secreto guardado durante miles de millones de años. 155 kilos de vapor de agua y hielo salieron disparados durante el choque, por lo que los investigadores creen que el 5,6% del total del interior de ese hoyo lunar está compuesto solo por agua helada, una cantidad nada desdeñable si se tiene en cuenta que hasta hace muy poco creíamos que la Luna era un desierto seco. Además, también se han detectado dióxido de carbono, azufre e incluso plata.

Imágenes del impacto del Centaur tomadas por la cámara semi-infrarroja de la nave LCROSS.

El día de la misión «kamikaze», el cohete Centaur chocó contra el cráter Cabeus, un agujero de 98 kilómetros de ancho en el polo sur selenita, y levantó una polvareda de 10 kilómetros de altura. Dos toneladas de partículas salieron disparadas. La LCROSS atravesó esa nube y la examinó con su espectómetro. Antes de acabar destrozada contra el suelo siguiendo el destino de su cohete, pudo enviar toda esa información a la Tierra. «Si existe agua ahí, o cualquier otra cosa interesante, vamos a encontrarla», aseguraba tras impacto Anthony Colaprete, responsable de la misión y principal investigador de la LCROSS. No se equivocaba.

Una imagen de la nube de escombros que salió disparada del cráter Cabeus, 20 segundos después del impacto.

El impacto, que causó un nuevo cráter de 25 a 30 metros de ancho, mostró que el suelo y el subsuelo de la Luna son mucho más complejos de lo que creíamos. En el regolito, las capas que forman el piso lunar, ha aparecido una considerable cantidad de agua y otros compuestos como monóxido y dióxido de carbono, amoníaco, azufre y… plata, algo que también localizaron los astronautas de las misiones Apolo, aunque en un punto muy distinto de nuestro satélite. «Este lugar parece el cofre del tesoro de los elementos», afirma Peter Schultz, geólogo planetario del Centro Ames de Investigaciones de la NASA en Moffett Field (California) y uno de los principales autores de la investigación.

No es para menos, ya algunos de estos compuestos volátiles pudieron haberse originado durante las lluvias de cometas, asteroides y meteoros que azotaron la Luna de forma continuada hace miles de millones de años. Desde entonces, han permanecido atrapados en las sombras, en uno de los lugares más fríos del Sistema Solar, hasta que ahora han sido descubiertos.

A pesar de que la misión ha sido considerada un éxito, Schultz advierte de que plantea tantas preguntas como respuestas. «Hay un archivo de miles de millones de años en los cráteres permanentemente en sombra de la Luna», advierte Schultz. «Podrían darnos pistas de la historia de la Tierra, del Sistema Solar y de nuestra galaxia. Y esta historia oculta está allí, pidiéndonos a gritos que regresemos».


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